21/5/17

Vivir más [21-5-17]


Vivir más

Muchos son los problemas que deberá enfrentar la humanidad en el presente siglo, los que van desde la escasez de agua potable, hasta la solución de graves conflictos armados.

Pero existe uno muy particular que aunque dista mucho de ser fatal, no está debidamente contemplado en los planes futuros y exige de la sociedad una adecuada preparación: el fenómeno de vivir cada vez más años.

Actualmente habitan la Tierra alrededor de 600 millones de personas mayores de 60 años, y se espera que en cinco décadas esta cifra alcance los mil 900 millones, pero para el 2050 el mundo deberá superar el gran reto de contar con la presencia de más cantidad de individuos de la tercera edad que de menores de 15 años.

Y es que los grandes avances de la medicina están transformando nuestro modo de vivir.

Tradicionalmente se asoció la vejez con la enfermedad y una vida precaria. Sin embargo, las nuevas y numerosas investigaciones que se han llevado a cabo en los últimos años, han desmentido esta idea.

Hoy por hoy son muchos los científicos que consideran que el hombre podrá sobrepasar con creces la centuria de manera activa y en sus plenas facultades mentales.

La edad se empieza a ver no ya como un problema, sino como un conjunto de dolencias tratables. La senilidad ya no es una entidad aislada, sino una serie de males secundarios a una patología determinada.

Por ello, existen importantes y novedosos fármacos para tratar las enfermedades propias del envejecimiento, y una nueva era en la farmacopea está por llegar.

No obstante, es el descubrimiento de la base genética de la vida, el desarrollo de la biotecnología y la bioinformática, la gran revolución que facilitará que una gran mayoría de nosotros pueda celebrar su siglo de vida con alegría y rodeado de gran cantidad de amigos.

El conocimiento del genoma humano permitirá definir cada una de las funciones del organismo en su nivel fundamental. El aislamiento y caracterización de genes ayudará al entendimiento de la anatomía, fisiología y fisiopatología (estudio de los procesos orgánicos durante la enfermedad) del hombre.

Pero los expertos esperan ir más allá: Con el uso de los genes y sus productos reconstruir y restaurar el daño que la enfermedad, los traumas o la vejez, producen en nuestros cuerpos. Es lo que se conoce como medicina regenerativa y cuyos primeros pasos han comenzado a darse desde hace algunos años en múltiples patologías.

De esta forma, según criterios médicos, se podrán regenerar órganos, tejidos y células dañadas. Una inyección de células y la corrección de algunos genes nos mantendrá sanos y vivos por más tiempo.

Los últimos avances en el campo del cultivo de células madre y de la clonación servirán para crear tejidos óseos, cartílagos, u órganos que sustituyan a los que ya no sirvan.

En este sentido, científicos de la Universidad de Toronto (Canadá) se encuentran estudiando la posibilidad de crear un corazón humano en el laboratorio, y esperan tener algunos resultados en las dos próximas décadas.

Sin embargo, no podemos dejarlo todo a la medicina, a los genes, ni a los adelantos científicos. Nunca se deben abandonar las actitudes y los hábitos de prevención.

Hay que recordar que una buena parte de las enfermedades tienen un componente ambiental y otras muchas podrían haberse evitado en un 80 ó 90 por ciento con una actitud de prevención, como es el caso del cáncer de pulmón causado por el tabaco.

Además el hombre tiene al alcance de la mano información suficiente para evitar o modificar factores de riesgo, como el abuso del alcohol, el sedentarismo y una dieta desequilibrada, que aceleran el proceso de envejecimiento y favorecen el desarrollo de enfermedades.

Por otra parte, aunque algo avanzadas, las terapias antienvejecimiento no están a la vuelta de la esquina. Todavía queda bastante por investigar y un largo trecho que andar antes de encontrar la fuente de la juventud.

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